Nuestra historia
Entre las montañas de Santa Isabel encontramos un lugar que parecía hecho para detener el tiempo.
Una casa de campo rodeada de luz, vegetación y aire fresco: Quinta Mi Santa. Desde el primer momento supimos que no era solo una propiedad, sino un espacio con alma, donde cada rincón invitaba a respirar y a soltar.
El nombre nació de una sensación: calma, gratitud y belleza sencilla. “Mi Santa” representa ese instante en el que el ruido desaparece y solo queda la tranquilidad del entorno.
Con los años, la quinta se transformó en lo que es hoy: un refugio para quienes buscan descansar, compartir y reconectarse con la naturaleza.
Aquí no hay prisa, solo atardeceres dorados, agua cristalina y la certeza de que aún existen lugares donde la vida se siente ligera.
Nuestra esencia
Mi Santa es una experiencia más que un destino.
Un espacio rural lleno de luz, vegetación y aire puro, donde los días empiezan con el canto de los pájaros y terminan con un cielo estrellado.
Cada detalle ha sido cuidado para conservar la sencillez y autenticidad del campo, pero con el confort que hace del descanso un placer.
Aquí el visitante puede disfrutar de la piscina, compartir una parrillada al atardecer o caminar por los senderos que rodean la propiedad. Todo pensado para reconectar con lo esencial: la naturaleza, el silencio y uno mismo.
Mi Santa no promete lujo, promete paz. Y quienes la visitan suelen decir lo mismo al marcharse: que se llevan algo más que descanso… se llevan calma.
La experiencia Mi Santa
En Mi Santa, cada momento tiene su propio ritmo.
Las mañanas comienzan con el sol filtrándose entre las montañas y el sonido del agua que invita a un baño tranquilo en la piscina.
El día se desliza entre el verde del paisaje, una caminata suave o una siesta en las hamacas bajo la sombra.
Al caer la tarde, el cielo se tiñe de dorado y el aire se llena del aroma a leña y parrilla —un ritual sencillo que reúne, relaja y hace sentir en casa.
Aquí no hay horarios ni ruido, solo el vaivén natural del campo.
Cada rincón de Mi Santa está pensado para ofrecer comodidad sin romper la magia del entorno: habitaciones amplias, espacios abiertos y una vista que recuerda que la belleza, a veces, está en la quietud.
Vivir la experiencia Mi Santa es detenerse, respirar y dejar que la naturaleza haga lo suyo.
Porque aquí el descanso no se busca: se encuentra.